miércoles, 21 de septiembre de 2011
Aprila
Los orígenes de Aprilia se remontan a la inmediata posguerra cuando en Noale, provincia de Venecia, el Caballero Alberto Beggio fundó una fábrica dedicada a la producción de bicicletas.
Los productos de la empresa artesanal, tanto los componentes como el producto final, consiguieron tener éxito y, en 1962 la empresa individual se transformó en Snc.
El hijo de Alberto, Ivano Beggio, se incorporó a la administración de la pequeña empresa en 1968 y enseguida quedó claro que su gran interés no eran las bicicletas cuando, junto a la docena de colaboradores que laboraban en la empresa, construyó la primera "moto" Aprilia, una cincuenta cc de color oro y azul.
El producto fue bien recibido por la crítica y el mercado. Colibrí, Daniela y Packi fueron los nombres de los primeros ciclomotores Aprilia; sin embargo, el producto que más se acercaba a las ideas de Ivano Beggio fue el ciclomotor de cross Scarabeo creado en 1970.
La moto y el cross constituyeron la verdadera pasión de Ivano Beggio, quien cultivó el sueño de poder competir nacional e internacionalmente en una especialidad que en aquellos años vivió un constante aumento de popularidad.
Lanzado en la mitad de los años setenta, el Scarabeo fue presentado en diferentes versiones con cilindradas de 50 y 125 cc, con soluciones estéticas únicas e innovadoras (comenzando así lo que se convertiría en una tradición para los productos Aprilia), como en el caso del modelo 1971 de color oro metálico.
1974 fue el año en el cual Ivano Beggio se convirtió en Presidente de Aprilia, y también el año en que nació la primera moto cross que fue confiada a título experimental a Maurizio Sgarzani, un piloto de la categoría cadetes que realizó buenos papeles en las primeras competencias.
Las primeras señales fueron alentadoras. Basados en aquella moto, los técnicos de Aprilia desarrollaron el modelo RC 125, presentado en el Salón de Milán; iniciando así entonces la inseparable unión entre producción deportiva y de serie, una marca característica de la empresa de Noale.
En 1975 se presentó la primera moto Aprilia de carrera con claras intenciones de victoria. Como piloto se eligió a Iván Alborghetti, milanés que ya había demostrado su madera de campeón, y los resultados no se hicieron esperar. Los primeros éxitos deportivos ayudaron a dar a conocer la nueva marca italiana entre los apasionados y, con la venta de las "réplicas" de las RC y MX 125, el recién nacido departamento de carreras pudo incrementar su presupuesto con respecto al presupuesto asignado para la primera temporada.
Los primeros títulos llegaron en 1977 en el campeonato italiano, en las clases 125 y 250, mientras que al año siguiente, Alborghetti terminó la temporada con dos terceros puestos en competencia y un sexto puesto absoluto en el campeonato mundial: la mejor clasificación jamás alcanzada por un piloto italiano.
Mientras tanto la notoriedad de la Casa de Noale rebasó las fronteras italianas. Los mercados extranjeros, a los cuales se destinó el 20% de la producción, y en particular el americano, mostraron un gran interés por las motos de Ivano Beggio.
El objetivo era muy claro: colarse en la lista de los grandes productores mundiales del sector.
La década se cerró con un constante crecimiento de la producción entre ciclomotores y motos de cross. En diez años, la empresa creció notablemente: de 1969 a 1979, la producción anual de ciclomotores pasó de 150 a 12.000 unidades, mientras que para las motos, en sólo cuatro años la producción superó las dos mil unidades anuales.
El principio de los años ochenta representó un período de gran crisis para toda la industria del motociclismo en general, tanto la italiana como la europea. Justo en aquellos años difíciles, Ivano Beggio sentó las bases para nuevos y ambiciosos objetivos, provenientes de su extraordinaria pasión por las motos y de su confianza en la recuperación del mercado del motociclismo italiano.
La producción se dirigió hacia nuevas líneas ampliando la gama en motos de enduro, trial y calle, además de los ciclomotores y cross, con cilindradas que iban de los 50 a los 600 cc.
Con la fuerza de una organización dinámica y flexible, Aprilia amplió durante este tiempo su participación en las competencias de motociclismo. Esto permitió aumentar el conocimiento de la marca a nivel mundial y, sobre todo, le permitió verificar a la empresa de Noale que las innovadoras decisiones tomadas habían sido las correctas, estimulando una continua puesta al día tecnológica y creando un banco de prueba fundamental para la formación de los técnicos. Por tanto, a pesar de la crisis, en los primeros años de la década de los ochenta Aprilia se convirtió en un laboratorio de ideas y proyectos que afirmaron su prestigio a nivel mundial en los años por venir.
La primera señal importante de la nueva estrategia se tuvo en 1983 con la presentación de la primera moto de carretera de Aprilia: la ST 125.
Dotada de fuerte personalidad, esbelta y elegante en sus líneas, la ST 125, se comportó muy bien tanto en conducción deportiva como en uso normal, y conquistó a la prensa especializada. El año siguiente fue lanzada la STX, en una versión mejorada y más deportiva de la ST, y la primera enduro de la casa veneciana, la ET 50, que a pesar de su pequeña cilindrada reunía toda la experiencia Aprilia en las motos de campo.
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